Avalado por Médicos del Consejo Mexicano de Oftalmología y por Miembros del Consejo Americano de Oftamología (ASCARS).
La población que oscila entre los 45 y 50 años puede verse comprometida en su salud por causa del envejecimiento natural del cuerpo, pero no es nada que deba preocuparnos siempre y cuando estemos lo suficientemente informados. Los ojos también se ven afectados por dichos cambios una vez entramos en esta etapa de nuestra vida.
Afecciones como la presbicia y las cataratas son muy comunes una vez alcanzada la mediana edad. La primera, también conocida como “vista cansada”, es la pérdida gradual en nuestra capacidad para enfocar objetos de cerca, presentándose incluso en pacientes que nunca han tenido dificultades causadas por otros defectos refractivos (miopía, astigmatismo e hipermetropía) y se origina en un engrosamiento del cristalino (un lente que refracta la luz que ingresa por el ojo), que, como resultado de la edad, pierda su flexibilidad natural.
Por su parte, las cataratas son opacidades que aparecen en este mismo lente, también derivadas de la edad. Cuando el ojo llega a cierta edad, en ocasiones no puede distribuir las proteínas que conforman al cristalino con eficiencia, resultando en acumulaciones que se manifiestan como nubosidades en la vista del afectado. Las cataratas, aunque en un principio pueden ser asintomáticas, son progresivas y pueden afectar nuestra vista a tal grado de comprometer nuestra salud general.
Además de estar vinculadas a la edad, ambas tienen su origen en el cristalino. Aunque la presbicia puede ser tratada con la receta de lentes bifocales o progresivos, este no es el caso de las cataratas, que requieren forzosamente una intervención en el ojo.
Al tener ambas su origen en este lente es posible eliminar ambas con una sola operación. Tanto la cirugía para corregir la presbicia como para eliminar las cataratas tienen como objetivo sustituir al cristalino con un lente intraocular. De tal manera que, si te operas para corregir tu presbicia, también estás previniendo una posible aparición de cataratas, dado que sustituyes al cristalino en donde eventualmente podría formarse, con la ventaja de asegurarte de que no necesitarás usar gafas, pues el lente artificial será graduado según tu necesidad. La intervención es sumamente segura y todo el proceso no lleva más de media hora.
Existen tipos diferentes de lentes intraoculares, por lo que tu oftalmólogo determinará cual es el mejor según se presente el caso. Muchas personas dejan pasar la oportunidad de operarse pensando que es normal sufrir de una vista defectuosa, cuando lo normal es gozar de ojos sanos. En el caso de sospechar que presentas cualquiera de estas afectaciones no dudes en acudir con un especialista.