Avalado por Médicos del Consejo Mexicano de Oftalmología y por Miembros del Consejo Americano de Oftamología (ASCARS).
En años recientes, el aumento de la población con miopía ha alarmado a la comunidad de oftalmólogos a lo largo del mundo. En países como China, pasaron tan sólo 60 años de tener una población con miopía de entre el 10% al 20%, a una cifra actual del 90% tan sólo en los adolescentes y adultos jóvenes. La situación es tal, que se pronóstica que para el 2050 la mitad de la población global padecerá esta condición.
Para entender las causas que los expertos han señalado como origen de este fenómeno, hay que explicar primero qué es la miopía. La miopía es una aflicción que tiene como origen el crecimiento excesivo del globo ocular, creando así un desajuste entre varias partes del aparato visual (curvatura corneal, potencia del cristalino, entre otros), esto que impide la correcta refracción de luz y da como resultado una visión borrosa respecto a objetos lejanos.
De manera general, la miopía puede detectarse en infantes alrededor de los 5 años, y esta suele ser progresiva debido a que el desarrollo del ojo no se detiene sino hasta la edad adulta, por lo que un diagnóstico temprano y su corrección con lentes puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar otras enfermedades como desprendimiento de retina y maculopatía miópica en el futuro.
Ahora bien, ¿cuál es la causa de qué se haya disparado el número de personas con miopía? Las investigaciones apuntan a muchas causas que también están ligadas al desarrollo de la miopía de manera individual. Si bien, no se ha encontrado una respuesta concluyente respecto a por qué algunas personas desarrollan este defecto de la vista, se sabe que hay dos factores que pueden influir en la mayoría de los casos: la genética y el medio ambiente.
Respecto a la genética, si tus padres son miopes, lo más seguro es que tú también puedas desarrollarla, aunque no se haya encontrado un gen preciso que determine que una persona será miope.
A este aspecto se le suma el medio ambiente, pues estudios recientes muestran que hay una relación entre nuestra cotidianidad y la miopía. Parece que aspectos como el nivel de urbanización y escolaridad en los jóvenes también aumenta las posibilidades de necesitar lentes. Aunque no hay una explicación concreta, se cree que se debe a la predominancia de luz artificial en nuestras vidas (dentro de oficinas, aulas, y proveniente de pantallas digitales), en contraste a la cada vez menor exposición a la luz solar, que, en dosis adecuadas, estimula la dopamina intraocular que ayuda en la prevención de esta enfermedad.
Como ya dijimos, la miopía es un defecto fácil de detectar desde temprana edad. No dudes en consultar con tu especialista de cabecera para empezar a tomar medidas que contrarresten complicaciones futuras.
