Avalado por Médicos del Consejo Mexicano de Oftalmología y por Miembros del Consejo Americano de Oftamología (ASCARS).
La hipermetropía (al igual que el astigmatismo y la miopía), es uno de los defectos refractivos más comunes. Se diferencia de los dos anteriores, porque en su caso, la luz no converge en la retina, sino detrás de esta, ocasionando dificultad para ver y enfocar objetos cercanos.
También puede suceder cuando el ojo es más “pequeño” o “corto” de lo normal. Esto es importante, porque en los niños el ojo aún se está desarrollando, puesto que en estas edades es aún más común, pero también es posible que el crecimiento del menor corrija la graduación del paciente.
De cualquier manera, acudir a una óptica o con un optometrista es importante pues nos ayudará a conocer el desarrollo de nuestra salud visual, además de que la hipermetropía puede combinarse con el astigmatismo, complicando aún más la capacidad de observación del ojo.
La primera recomendación siempre será el uso de gafas o lentes de contacto a gusto de la persona. Las lentillas ayudan a reorientar los rayos de luz hacia la retina (y no detrás de ésta) al contrarrestar las irregularidades causadas por la curvatura disminuida de la córnea o el “menor” tamaño del ojo. Dependiendo de tu rutina y estilo de vida, podrías preferir los lentes de contacto sobre las gafas o viceversa.
La cirugía refractiva es una solución que garantiza la corrección permanente de tu visión. Consiste en moldear a través de un láser especial (Lasik) la forma de la cornea para mejorar la visión refractiva. Un oftalmólogo te dirá con seguridad si eres o no candidato para este tipo de intervenciones.
Otro método, es implantación de lente intraocular, que, a diferencia de la cirugía láser, no moldea de forma permanente la córnea, por lo que es una intervención “reversible”, ya que únicamente se introduce un lente dentro de la córnea (sustituyendo, o no, al cristalino) sin moldear ninguna otra parte del globo ocular. Un símil, puede ser pensar en una especie de lente de contacto “permanente”, pero, una vez más, hay ciertos factores que pueden o no volverte candidato para este tipo de tratamiento, como tu dioptría, el tamaño de tus ojos, entre otros.
Acudir a un especialista te ayudará a recibir el tratamiento que se ajuste a la necesidad particular de tus ojos; corregir la hipermetropía es sencillo una vez que se te da un diagnóstico oportuno. Ignorar este problema te puede traer complicaciones como lo son el ojo vago o el estrabismo, molestias que te puedes ahorrar a futuro con tan solo una pequeña visita al oftalmólogo.
¡Cuida de tu vista y la de los tuyos!
