La diabetes es una enfermedad del tipo crónico que ocurre cuando el cuerpo tiene problemas al producir o utilizar una hormona llamada insulina, teniendo como consecuencia la incapacidad de regular los niveles de azúcar en la sangre. Existen dos tipos: la diabetes tipo 1 se diagnostica con más frecuencia a niños y jóvenes (razón por la que también se conoce como diabetes infantil) y en esta el cuerpo no produce o produce insulina en cantidades insuficientes. La diabetes tipo 2 se caracteriza porque el cuerpo se vuelve resistente a la insulina y no la utiliza como debe, apareciendo sobre todo en la etapa adulta y está vinculada al sobrepeso.
Se calcula que un 10% de la población mexicana padece de este mal y se estima que para el 2020 las cifras podrían ascender al 15% y por sus características puede afectar el funcionamiento de órganos como los riñones, el corazón y los ojos.
En el caso del sistema visual, la diabetes incrementa el riesgo de padecer varias enfermedades, entre las cuales se encuentran:
Retinopatía diabética
Esta aparece cuando los altos niveles de azúcar en la sangre dañan los vasos sanguíneos de la retina, ocasionando que tengan fugas, se hinchen o tengan obstrucciones. Se le llama no-proliferativa cuando esta apenas presenta obstrucciones en dichos vasos, y proliferativa cuando el grado de obstrucción es tal que el cuerpo crea vasos sanguíneos anormales y muy frágiles en la superficie de la retina, provocando visión nubosa y aparición de “manchas”, lo que también es conocido como edema macular. En sus estados más avanzados también puede ocasionar el desprendimiento de la retina por causa de los nuevos vasos sanguíneos. Afortunadamente existe tratamiento focal láser que puede prevenir la pérdida de visión en la gran mayoría de los casos.
Glaucoma
Glaucoma es el nombre que recibe una agrupación de afecciones ópticas que perjudican la capacidad visual y que tienen su origen en el aumento de presión intraocular, y ocurre cuando el humor acuoso (un líquido dentro del ojo que se renueva de manera natural) no se drena. Son varios los tipos de glaucomas relacionados a la diabetes, entre ellos, el glaucoma crónico de ángulo abierto (uno de los más comunes). Sus síntomas son dificultad para ver de noche, halos molestos alrededor de las luces, dolores de cabeza, y vista de túnel (disminución significativa de la visión periférica) en sus etapas más avanzadas.
Las cataratas aparecen cuando el cristalino, lente natural del ojo que se compone de agua y proteínas, se “nubla” a raíz de no poder distribuir de manera efectiva las proteínas, propiciando la aparición de cúmulos que perjudican la vista del afectado.
Esto ocurre normalmente a causa de la edad, siendo más propensos los adultos mayores a ser afectados, sin embargo, en los pacientes con diabetes las probabilidades de padecer cataratas aumentan dados sus altos niveles de glucosa, propiciando un desbalance en las proteínas que integran el cristalino. Si bien la diabetes puede propiciar la aparición de estos males, el cuidado general de nuestra salud también puede prevenirlos, por lo que es recomendable en personas diabéticas acudir al oftalmólogo al menos una vez al año y seguir las
indicaciones que los médicos tengan para cada caso particular. Acércate a un profesional si tienes dudas con respecto a los riesgos visuales que implica tener diabetes y recuerda: la prevención puede hacer la diferencia.