Avalado por Médicos del Consejo Mexicano de Oftalmología y por Miembros del Consejo Americano de Oftamología (ASCARS).
Cuidar de nuestra salud debería ser una prioridad integrada en la rutina de las
personas. Mientras más pronto se comience a vivir un estilo de vida saludable,
mejores serán nuestras expectativas de vida a futuro.
Por desgracia, muchos dan por sentado su estado de salud. Esto no es diferente cuando se trata de la salud visual, pues es “fácil” ignorar lo que en principio aparece como una pequeña molestia, sin embargo, por más mínima que sea una dolencia ésta puede ser indicio de una afección mayor.
Lo más recomendable en el caso de sufrir algún tipo de malestar es siempre acudir a un profesional. Aquí te dejamos una serie de casos en los que es deberías asistir a una clínica oftalmológica:
● Tras recibir un golpe
Ya sea por practicar un deporte o como producto de una pelea, recibir un golpe en el ojo debería ser siempre motivo para ir al oftalmólogo, incluso si no se manifiestan molestias de manera inmediata. Una lesión puede provocar desde un desprendimiento de retina, estrabismo, e incluso la aparición de un glaucoma por traumatismo.
● Molestias y anomalías en la capacidad visual
Uno de los signos más evidentes para acudir con un especialista es notar que algo no funciona bien con nuestra percepción visual. Fotosensibilidad, vista borrosa, aparición exagerada de pequeñas “moscas” de luz, visión doble, cambios bruscos en la capacidad visual; todo lo anterior puede indicar algún derrame interno, la presencia de un defecto refractivo, enfermedades graves como el queratocono, así como otros males que pueden poner en peligro nuestro estilo de vida de no ser atendidos a tiempo.
● Dolores físicos
Más evidente, no sólo para uno mismo sino también para quienes nos rodean, es la presencia de dolencias físicas como hinchazón, ojos rojos, sequedad, dolor y/o punzadas en el ojo, e incluso la aparición de algún bulto como en el caso del pterigión. Se recomienda visitar a un especialista si las molestias persisten, sobre todo en el caso de la resequedad y la sensación de un cuerpo extraño en el ojo, pues podría tratarse de una abrasión en la córnea, y tal vez sea necesaria una valoración profesional con respecto a la profundidad de la lesión.
● Por consecuencia de otra enfermedad que pudiera tener repercusiones en el aparato visual
Enfermedades como la diabetes aumentan los riesgos de padecer un mal en los ojos. Los altos niveles de glucosa y el descontrol metabólico en el organismo propician la aparición de enfermedades como la retinopatía diabética y el glaucoma. Personas con hipertensión arterial también son susceptibles a padecer de retinopatía (esta vez denominada hipertensiva) a causa de la presión arterial alta.
También ciertas enfermedades hepáticas pueden afectar la salud de los ojos. En todo caso, es mejor preguntar a tu médico especialista si tu condición requiere de una visita al oftalmólogo.
● Edad
Al igual que el resto de nuestro cuerpo, los ojos se van desarrollando hasta llegar a un punto de madurez, por ello es de vital importancia monitorear constantemente la salud visual desde edades tempranas, pues una detección oportuna podría prevenir la aparición de enfermedades a lo largo de nuestra vida.
A menudo los infantes son muy susceptibles a padecer de una vista defectuosa sin estar conscientes de que no ven con normalidad. También los adultos mayores deberían acudir para conocer el estado de sus ojos, pues es común que en edades avanzadas aparezcan defectos visuales como la presbicia o enfermedades como las cataratas, dos afecciones corregibles con apenas una intervención quirúrgica.
Ante cualquier duda, lo mejor que puedes hacer es acudir a un médico especialista que pueda determinar la gravedad o no de tu caso. Muchos casos son atendidos de manera tardía y tienen consecuencias irreversibles en nuestra capacidad visual. No esperes a que ese sea tu caso o el de tu familia.